Laporta prefirió cenar con Guardiola a sufrir la ovación del Palau a Mirotic

El Barcelona suma dos victorias seguidas en la final de la Liga Endesa frente al Real Madrid, pero su presidente ha preferido no vivirlas en directo. Ni el viernes ni el domingo, cuando se disputaron dichos partidos, acudió Joan Laporta al Palau Blaugrana para apoyar al primer equipo de baloncesto en el momento clave de la temporada, en su última oportunidad de conquistar un título este año tras sucumbir en la Euroliga y la Copa del Rey.

Y eso a pesar de que este domingo Laporta se encontraba en Barcelona, donde cenó con Pep Guardiola, tal y como ha confirmado el propio entrenador del Manchester City antes de participar en un torneo de golf en Gerona. Es decir, que el presidente estaba de vuelta en la ciudad y ya no tenía la excusa del viaje a Qatar que realizó la semana pasada.

A nadie escapa que Laporta se podría haber llevado una pitada bien bestia si se hubiera presentado en el Palau, donde la afición del Barcelona volvió a dedicarle una ovación de época a Niko Mirotic. Ya había ocurrido el viernes, tan solo un día después de que saliera a la luz que el Barça va rescindir el contrato de su capitán para recortar gastos, ya que es el jugador mejor pagado de Europa.

En esta batalla entre el club y Mirotic, el Palau se decantó claramente a favor del ala-pívot, el mejor de la noche con los 25 puntos y principal artífice de que el equipo culé esté a una sola victoria de reconquistar la ACB. Laporta no se perdió una sola de las celebraciones del Barça de Xavi por ganar la Liga de fútbol, pero con el baloncesto prefiere ocultarse. Tampoco extraña teniendo en cuenta el tajo que pretende pegar a todas las secciones del club.

📢 𝙎𝙤𝙪𝙣𝙙 𝙤𝙣…

Así cantaba al unísono el Palau al terminar el partido.

Merece la pena subir el volumen.#PlayoffLigaEndesa | @FCBbasket pic.twitter.com/WKZxb86QBG

— Liga Endesa (@ACBCOM) June 18, 2023

Al acabar este segundo partido de la final, Mirotic reconoció su enorme emoción con lo vivido en el pabellón azulgrana: «He llorado. Intenté controlarme, pero fue difícil. Tengo ganas de volver a salir a saludar a la gente porque ha sido brutal. Nunca he visto un Palau así, con tanta gente y tanto apoyo, un Palau entregado al equipo y entregado a mí. Ha sido una noche mágica». Y quizás también su última como jugador local…